miércoles, mayo 02, 2007

"La dama que llora" (cuento)


Había una vez una anciana que lloraba todo el tiempo. Su hija mayor estaba casada con un vendedor de paraguas, mientras que su hija menor estaba casada con un vendedor de fideos. En los días soleados, ella se preocupaba: "¡Oh!, ¡no! El tiempo está tan bonito y soleado. Nadie va a comprar paraguas. ¿Qué pasará si el negocio tiene que ser cerrado?". Estas preocupaciones la entristecían. Ella no podía evitar el llanto. Cuando llovía, lloraba por su hija menor. Pensaba: "¡Oh!, ¡no! Mi hija menor está casada con un vendedor de fideos. Sin sol ellos no podrán secar los fideos. Ahora no tendrán fideos para vender. ¿Qué deberemos hacer?". Como resultado, la anciana vivía permanentemente afligida. Si había sol o si llovía, se afligía por una de sus hijas. Sus vecinos no podían consolarla y bromeando la llamaban "la dama que llora".

Un día encontró a un monje. Él sentía mucha curiosidad acerca de por qué ella siempre estaba llorando. Ella le explicó el problema. El monje bondadosamente sonrió y dijo: "¡Señora! No necesita preocuparse. Yo le mostraré una forma para estar feliz, y no necesitará afligirse más".

La dama que llora estaba muy entusiasmada y solicitó al monje que le enseñara inmediatamente qué debía hacer. El maestro respondió: "Es muy simple, sólo necesita cambiar su perspectiva. En los días soleados, no piense en que su hija mayor no puede vender paraguas, sino piense en que su hija menor será capaz de secar sus fideos. Con una luz del sol tan buena y fuerte, será capaz de hacer suficientes fideos y su negocio deberá ser muy bueno. Cuando llueve, piense en la tienda de paraguas de su hija mayor. Con la lluvia, todos deben comprar paraguas. Ella venderá una gran cantidad de paraguas y su negocio prosperará".

La anciana vio la luz, y siguiendo las instrucciones del monje, luego de un tiempo, no lloró más, en cambio, sonreía todos los días. Desde aquél día fue conocida como "la dama sonriente".